Me llama la atención
el relato autobiográfico que inician los campos de concentración de la
antigua Alemania nazi. Relata la crueldad con la que los soldados maltrataban a los prisioneros y a su vez
explica como incidía la vida en el campo de concentración en la mente del
prisionero.
Al prisionero se le quitaban sus objetos
personales y sus documentos de identidad y se les identificaba con un número.
Después se hacia una primera selección que para algunos tendría un destino
fatal. Agrupaban a los enfermos, deformes, débiles o que en resumen, tenían
algún defecto para trabajar y los enviaban a alguno de los campos centrales,
provistos de crematorios y cámaras de gas.
Los
trabajos forzados de los prisioneros tenían, a veces, una recompensa en forma
de cupón. Dicho cupón se podía canjear por una docena de cigarrillos o una
docena de raciones de sopa. Normalmente los cupones se guardaban para la sopa,
pero, gracias a ellos se podía distinguir cuando un prisionero perdía las ganas
de vivir y se fumaba sus cigarros para “disfrutar” de sus últimos días de
existencia.
El internamiento
en el campo de todos los prisioneros del campo fueron transportados
al primer campo en tren. Cuando los prisioneros se encontraban en el tren
sentían una cierta esperanza de que pudieran volver a sus casas. Al llegar al
campo dividieron a los hombres y mujeres, y a los que iban a llevar a la cámara
de gas y a los que iban dejar con vida, después de esta selección, les lavaron
y les quitaron todo lo que poseían. Tenían que dormir en literas, no se lavaban
con mucha frecuencias, ni se cambiaban de ropa en meses. Para ellos era una
situación muy angustiosa. Los prisioneros empezaban a sentir una cierta
añoranza por su familia y por su hogar. Los castigos se repetían con frecuencia
así que al final los prisioneros no sentían piedad u horror. Los sentimientos y
las emociones empiezan a desaparecer. Los prisioneros deseaban que se acabara
el día, ya que por la noche venían los sueños que por malos que fuesen, serían
mejores que la r
Realidad que tenían que sufrir. En
el campo no les daban casi comida y se notaba claramente la desnutrición que
tenían. Los pensamientos de los prisioneros eran básicamente la esperanza de
libertad. Los temas de conversación entre prisioneros se basaban en política y
creencias religiosas. En el campo de concentración todos los prisioneros se
conformaban con muy poco, ya que tenían que estar satisfechos de estar aún con
vida. No podían disfrutar ni de la soledad, ya que siempre estaban vigilados
por los guardias. Muchos de los prisioneros pensaban en planear la fuga ya que
añoraban la libertad. El hambre y la falta de sueño empezaban a ser un problema.
La preocupación que mas importaba a los prisioneros era que si sobrevivirían al
campo de concentración. La influencia más deprimente era el tiempo iba a durar
el encarcelamiento. En un campo de concentración, el prisionero que pierda la
Fe, está condenado. El sentido de la vida en un campo de concentración era
luchar contra la muerte o del sentimiento de querer que llegue la muerte. La
psicología de los guardias del campamento era: En 1º lugar: existían guardias
sádicos, en 2º lugar: guardias muy severos y en 3º lugar: los sentimientos de
los guardias que habían sido testigos de las brutales palizas del campo.
Respecto al personaje ´principal
vive una crisis debido a lo que yo llamo una catástrofe humana, enfrentado el
suceso de una manera resiliente resurgiendo de el evento traumático con gran
capacidad para adaptarse a la nueva manera de vivir.
A nivel personal me hace reflexionar
respecto a los diversos acontecimientos que te vivido a lo largo de mi vida,
situaciones adversas que me han dejado un mal sabor de boca y muchas veces me
han hecho desistir perder animo, y darme por vencida, pero la fe en Dios, en mi
misma en las personas que me rodean me permite seguir adelante, pero esto no
llego por arte de magia me tuvieron que pasar muchas cosas y me permite
aprender de ello e integrarlo a mi catalogo de experiencias. El aprender a ser
feliz y permitirse hacerlo a pesar de un “mundo difícil”, no era fácil para mí,
pero me di cuenta de que ser feliz no es
un derecho sino una obligación, la libertad es permitirse decidir sobre lo que
tienes el control y saber cuando las cosas no están en tus manos, pero sobre
todo mantenerse fuerte hasta el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario